The Economist toma a Guanajuato como ejemplo de escalada de violencia en el país

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*Destaca que de un año a otro, el Estado está por encima de la media nacional en asesinatos

Para la revista inglesa The Economist, el estado de Guanajuato es el claro ejemplo del fracaso de las políticas de seguridad en México.

Se documentó en un artículo la explosión de los índices de asesinatos que se incrementaron a partir del 2011, el penúltimo año de gobierno de Felipe Calderón.

Desde el cambio de gobierno en el 2012, a la entrada de Enrique Peña Nieto como presidente y Miguel Márquez Márquez como gobernador de Guanajuato, el incremento de violencia se ha multiplicado como nunca antes, municipios como Apaseo el Grande superan a ciudades con mayor población como Londres.

Guanajuato tiene una incidencia de 50 asesinatos por cada 100 mil habitantes. El estado superó la media nacional, un máximo histórico.

Entre el 2017 y 2018 han sido asesinados 43 agentes; 32 fueron policías municipales, 8 de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) y dos agentes estatales. Han desaparecido seís policías, incluido uno federal y cuatro ataques a instalaciones policiales.
El mes de octubre del año pasado fueron 119 asesinatos, el segundo más violento desde 1997. El primero fue agosto 2012.

El texto inicia narrando la situación que se vive en Guanajuato. En «Apaseo el Grande los cuerpos se están acumulando. En febrero, mafiosos mataron a un político local. Los restos de otra víctima fueron encontrados en cuatro bolsas repartidas por la ciudad. La policía hizo un descubrimiento similar en abril». En la publicación se destaca que en los primeros tres meses de este año, Apaseo tiene 85 mil habitantes y tuvo 43 asesinatos.

La revista habla sobre la ola criminal nacional rompió su récord que tenía en el 2011.

El segundo problema señalado es que Guanajuato, es nuevo para tal violencia y por eso estaba menos preparado.

“El aumento de la violencia es uno de los principales problemas en las elecciones generales programadas para el 1 de julio. Casi la mitad de los mexicanos dicen que el crimen es el principal problema en su área. La desaparición de tres estudiantes de cine en Guadalajara en marzo, y el descubrimiento de que sus cuerpos se habían disuelto en ácido, desató grandes protestas el mes pasado. El primero de tres debates entre cinco candidatos presidenciales, celebrados el 22 de abril, comenzó sobre el tema de la seguridad. Sus propuestas no fueron alentadoras. Andrés Manuel López Obrador, el favorito de izquierda, diagnosticó mal el problema. Sus soluciones propuestas son radicales pero, en el mejor de los casos, parte de la respuesta. Sus dos principales rivales fueron vagos”, dice The Economist.

Los grupos criminales de Jalisco Y Michoacán se trasladaron al estado a partir de 2015.

«Otro problema es la coordinación. México tiene fuerzas de policías municipales, estatales y federales, además del ejército, que los presidentes Calderón y Peña presionaron para que actuaran contra los criminales. En muchos estados, la policía municipal y estatal no usa las mismas frecuencias de radio y, por lo tanto, no puede comunicarse. Al Ejército le molesta que le pidan que persiga a delincuentes, un trabajo que cree que la policía debería hacer. La policía municipal, acostumbrada a emitir multas de tránsito y perseguir ladrones, se encuentran investigando el robo de combustible, que es un delito federal”, detalla la publicación inglesa.

De acuerdo a The Economist, los candidatos presidenciales han presentado planes inadecuados. Ricardo Anaya y José Antonio Meade ven la necesidad de mejorar la aplicación de la ley, pero dicen poco sobre la forma en la que lo harían.

«López Obrador, fuertemente favorito, considera la justicia penal como una rama de la justicia económica. La causa de la violencia, argumenta, es la falta de oportunidades. Pero eso no explica su ascenso a nivel nacional ni su surgimiento en la próspera Guanajuato”, agrega.

La idea del candidato de Morena es la amnistía. «La nueva idea del candidato para reducir el crimen, además de luchar contra la pobreza, es ofrecer una amnistía a los narcotraficantes de bajo nivel. En el debate, habló de invitar al Papa Francisco a mediar entre las pandillas y el estado. ‘No podemos apagar un incendio con fuego’, dijo López Obrador. Sus rivales lo acusaron de bendecir la impunidad que afecta a la justicia penal. ‘Quiere perdonar lo imperdonable’, dijo el señor Meade.

La publicación inglesa dice que «la conciliación de algún tipo podría ayudar como parte de una estrategia de aplicación de la ley bien diseñada».

El último párrafo del artículo dice, textual:

«López Obrador cree que puede convencer a los mafiosos para que depongan las armas y que los votantes los perdonen. Después de las campañas fallidas (contra los criminales) de los gobiernos anteriores, los mexicanos pueden darle una oportunidad”.

Con información: The Economist, Zona Franca.

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