SISTEMA DE TRANVÍAS DE SANGRE MOROLEÓN-URIANGATO

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Moroleón, Gto.- El 26 de agosto de 1909, el Gobernador del estado de Guanajuato, Joaquín Obregón, otorgó al C. Lino Matamoros, Jefe Político de Moroleón, la concesión para «establecer y explotar una línea de ferrocarril suburbana entre los pueblos de Moroleón y Uriangato». De acuerdo con el expediente que se conserva en el Archivo Histórico del Congreso del Estado, en el proyecto se contempló instalar dos kilómetros de vías en un plazo no mayor a seis meses. Los planos se elaborarían conforme a la Ley de Ferrocarriles expedida por el Ejecutivo el 29 de abril de 1899. La vía sería fija y la distancia entre los bordes interiores de los rieles, de un metro y cuatrocientos treinta milímetros. La empresa sería siempre mexicana (aunque alguno o todos sus propietarios fueran extranjeros) y tendría su domicilio en Moroleón.

Asimismo, la empresa tendría derecho a cobrar contribución con arreglo a los siguientes conceptos:

A.- Por almacenaje de mercancías.

B.- Por la conducción de pasajeros.

C.- Por el transporte de mercancías.

El transporte de pasajeros estaría dividido en 1.ra y 2.da clase, y se cobraría por kilómetro recorrido.

Tales bases fueron aprobadas en la Sala de comisiones del XVIII Congreso del Estado, el 1.° de octubre de 1909, y publicadas bajo Decreto N.° 38, el 29 de octubre.

A finales de ese año -1909- iniciaron los trabajos de obra en la Villa de Moroleón. El modelo del tranvía es de estilo francés. La vox pupuli lo bautizó con el nombre de «León-Gato». Estaba pintado de color amarillo y era tirado por una mula (de ahí que se llamara tranvía de sangre). Contaba con capacidad para 20 pasajeros sentados, aunque a falta de asiento había quienes viajaban de pie, parados sobre los estribos o incluso en el compartimento reservado para el chofer. En días de mucha clientela se ponía en funcionamiento un segundo tranvía, que en el cruce de vías (ubicado entre las calles Colón y 16 de septiembre) debía coordinarse con «León-Gato» para librar el paso.

Tal servicio estuvo en funcionamiento de lunes a domingo, de 8 de la mañana a 8 de la noche, y tenía un costo de 10 centavos. Ambos vehículos eran resguardados en una propiedad ubicada frente a la esquina entre las calles Colón y Cuahutémoc. Uno de sus conductores -y que llegó a ser dueño de ambos tranvías-, fue el Señor Federico «Lico» Lara, quien vivió en un domicilio próximo al Portal Galeana, sobre la Calle Juárez.

Este medio de comunicación fue uno de los signos de modernidad impulsados por el gobierno del Gral. Porfirio Díaz con motivo de la celebración del Centenario de la Independencia. Los tranvías que circulaban entre Moroleón y Uriangato se mantuvieron en funcionamiento hasta los años 40 (aprox.), cuando comenzaron a cobrar presencia los vehículos motorizados. Cuando el servicio fue desplazado en su totalidad, las vías fueron retiradas y enviadas en tren desde Salvatierra hasta Monterrey, donde fueron fundidas.

Información y foto de Moroleón: Instantes del ayer

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