En el año 1909, durante la Jefatura Política del Capitán Francisco Ávila, se inició la construcción de un hospital en Moroleón que recibiría por nombre el de Hospital Civil «Porfirio Díaz». Al menos, así se registró en actas de cabildo hasta 1911, fecha en que llegaron a esta villa los primeros vientos de la Revolución. Ante ese inevitable advenimiento, el ayuntamiento acordó sustituir aquel nombre por otro menos provocador. Así que se eligió el de «Fray Vicente Paniagua», en alusión a un sacerdote moroleonés que legó a este Municipio un fondo piadoso del que se obtuvieron recursos para costear la construcción de ese hospital . No obstante, debido a un posterior cambio en materia de política de salud, los trabajos de obra que se había iniciado fueron demolidos y sobre ese mismo terreno se inició la construcción de un Centro de Higiene —actual Centro de Atención Integral de Servicios Esenciales de Salud (CAISES).
Tal Centro de Higiene se concluyó en el año de 1958, en gran medida, gracias a la gestión del Dr. Salvador Cuellar Nava y del Club de Leones de Moroleón, que en dos ocasiones trajo al Gobernador del Estado, Jesús Rodríguez Gaona para exponerle la necesidad de que esta zona contara con hospital.
Mientras se terminaba de construir el Centro de Higiene, una comitiva del Club de Leones, integrada por los socios José Almanza Dueñas, Emilio Zavala Ramírez, Jesús Cerna Juárez, Luis Figueroa e Ildefonso Gaytán Silva se dio a la tarea de habilitar un hospital provisional sobre la calle Juárez #4, rentando un domicilio propiedad de Aurelio Orozco Álvarez. Tal hospital fue bautizado con el nombre de «Gustavo A. Guerrero» y entró en funciones bajo la dirección regional del presbítero Jesús Ramírez Lazcano. Fue inaugurado el 4 de marzo de 1951 y se mantuvo en servicio hasta el 1 de abril de 1958 , cuando entró en funciones el Centro de Higiene (Ortiz, A., 1981). Cabe mencionar que la persona que develó la placa del Centro de Higiene fue la enfermera Virginia López Arredondo.
Antes de que se inauguraran esas instalaciones, el hospital «Gustavo A. Guerrero» se sostuvo principalmente mediante donativos de damas altruistas, entre ellas, las integrantes del «Club del Rebozo» .
Por sus pequeñas dimensiones, ese lugar era conocido como el «hospitalito». Cuando los servicios se mudaron al Centro de Salud, se quedó la costumbre de llamar al actual CAISES el «hospitalito».
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